Por Fernando Izquierdo, de esta Redacción

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En el Día de la Construcción, Rodrigo Rotonda, director de Grupo Rotonda, ofrece su mirada sobre la actualidad del sector y avizora qué puede suceder en la ciudad rumbo a 2050:

-¿Cuál es el balance para el sector en el año que se está cerrando?

-Creo que la inflación que hubo en dólares durante el último año hizo que los costos de la construcción se eleven considerablemente. Y no hubo un incremento proporcional en el precio del metro cuadrado final, terminado. Eso hizo que el margen para el sector sea un poco más apretado. Es algo que te obliga a ser más eficiente. A algunos les ha hecho bajar costos para mantenerse dentro de valores razonables del mercado, quizá a costa de bajar la calidad. Eso no le hace bien al sector ni a Tandil.

También están los que asumieron ese aumento y se tradujo en un margen menor para el desarrollista. Son negocios… había rentas que eran muy altas.  Hoy, esos porcentajes son mucho menores.

-¿Qué impacto tuvo en la construcción el resultado de sendas elecciones?

-En el caso de la primera, había un dólar con un valor dispar y se palpaba cierto nerviosismo en el mercado. Eso hizo que el costo en dólares se aplaque levemente, con la depreciación del peso respecto al dólar. El precio del metro cuadrado, al estar dolarizado, se ajustó levemente. Pero no había la certeza suficiente para cerrar negocios.

Después, pasó lo contrario, con las elecciones de octubre el dólar se normalizó, el peso se apreció y el costo volvió a estar un poco más alto. Siempre el período electoral genera ese nerviosismo que lo único que hace es paralizar al inversor por tener que navegar con más incertidumbre de la que normalmente hay.

-¿Cómo va fluctuando Tandil en construcción a través del tiempo?

-Hoy, el constructor o desarrollista de la ciudad está muy detrás, empujando un Plan de Desarrollo Territorial en zonas que aún no han sido muy bien explotadas. Por ejemplo, avenida Brasil, avenida Avellaneda, Don Bosco…creo que también Fleming tiene potencial. El público y el privado deben ponerse a ver qué se debe desarrollar en cada una de esas zonas. Son muy distintas entre sí y tienen que ser funcionales a la demanda de la ciudad. En los últimos diez años, Tandil era más construcción de vivienda, hoy se empieza a ver más oficina. No sólo para lo que es coworking, que tiene cierto potencial, sino también oficinas para empresas, en el centro. Nosotros estamos haciendo algo de eso, en 9 de Julio y Maipú.

Me parece que también está la oportunidad de construir viviendas en función de las pretensiones de la persona capitalina, que busca más metros. Eso en Tandil es casi nulo o escaso. Y también veo oportunidad para “coliving” en zonas más alejadas, con todos los servicios.

Rodrigo Rotonda, en Flama 2025.

-¿Cómo ve a la ciudad respecto a otras en términos de progreso o estancamiento?

-Siempre he sido un fiel defensor de nuestra ciudad y del crecimiento que ha tenido. Creo que Tandil, con todo el desarrollo inmobiliario que tiene, marca una diferencia dentro de la provincia e, incluso, a nivel país. Hay muchos edificios para viviendas, para oficinas, hay un shopping en construcción, un paseo de compras como el de nuestro Grupo, y otro cercano a ese sitio. Tandil es un claro ejemplo de progreso, de crecimiento y de desarrollo. Tiene potencial y expectativas positivas, las que hacen que se sigan traccionando inversiones hacia esta industria.

-¿Cómo imagina el Tandil de 2050?

-Veo una ciudad tenida en cuenta por el constructor o el desarrollista, con un vínculo muy estrecho entre el ámbito público y el privado. En el sentido de ganar espacio público en el privado. Por ejemplo, en el paseo de nuestro Grupo. Arriba hay una terraza verde para que la gente puede ir a tomar mate, a pasar una tarde… o el día entero, hacer yoga, lo que sea. Eso es distinto a un edificio cuadrado, al que no se pueda acceder. Acá hay un techo ecológicamente sustentable, hay resguardo del medio ambiente. Hay calidad de vida. Creo que las construcciones de 2050 van a tener que tener en cuenta eso. No se puede seguir construyendo sin tener en cuenta el impacto que algo va a tener, no sólo en el corto plazo, también en el largo.

Hay que empezar a invertir en infraestructura, algo que debe hacer el privado junto al sector público, el Municipio. Hay que pensar que Tandil ya no es la ciudad de 100 mil habitantes. Como, dentro de un tiempo, ya no será la de 150 mil. Hay que empezar a pensar en otra población. Eso implica otro movimiento de gente, otro flujo de circulación, más servicios… creo que ahí estará el gran déficit que tendremos como ciudad si no hay una buena planificación, en los servicios. Descentralizar.

Para 2050 veo una Tandil aún pujante y con expectativa. Y, si hacemos bien las cosas, siendo referente a nivel nacional e internacional.

-¿Qué expectativas tiene como emprendedor de cara a 2026?

-El año próximo será cuando inauguremos las dos obras que estamos haciendo: el edificio del centro y el Paseo de la Rotonda (Dique). En ambos casos, durante el segundo semestre.

A nivel macro, espero que el país siga estabilizándose porque es en un país estable donde se puede seguir invirtiendo y esperar un desarrollo en todo sentido. Las expectativas en cada fin de año son positivas.

Paseo de la Rotonda abrirá sus puertas en el segundo semestre de 2026.

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Fernando Izquierdo