Entrevista al rector de la Unicen: balance 2025, el nuevo sistema de créditos educativos y las obras en marcha
El Eco de Tandil dialogó con Marcelo Aba. Balance anual y los desafíos para el próximo año.
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Sobre el fin de un año agitado para las universidades nacionales –marcado por el debate en torno a la Ley de Financiamiento, otra marcha federal y reclamos constantes de docentes y no docentes-, el rector de la Unicen, Marcelo Aba, dialogó con El Eco y trazó un balance anual de la casa de estudios.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEntre otros aspectos hizo mención a que el proyecto para la Ley de Presupuesto 2026 contiene un artículo que deroga la aprobada Ley de Financiamiento, adelantó que la Universidad del Centro comenzará a incorporar un nuevo sistema de créditos educativos que cambiará la modalidad para contemplar las horas de cursadas por carrera, y brindó detalles sobre las obras que proyectan inaugurar y continuar el año próximo.
Más allá de sostener el pedido por la actualización presupuestaria –señaló que el propio gobierno reconoce una pérdida de alrededor de un 40 por ciento-, y de existir proyectos de investigación que Nación dio de baja a mitad de su ejecución, el rector destacó que la Unicen no tiene deudas, que cumple sus obligaciones a nivel salarial, y que existe “toda una comunidad que pese a las dificultades, sigue trabajando y logra los resultados que estamos teniendo”.
La Universidad del Centro concentra entre Tandil y sus sub-sedes una matrícula estimada en 20 mil estudiantes. El número comenzó a incrementarse a un porcentaje mayor al habitual luego de la pandemia, y a la fecha se mantiene. En el marco de una compleja situación económica que excede a las universidades públicas, el rector marcó cómo la matrícula bajó en cuanto a estudiantes del interior que se mudaban a la ciudad para cursar una carrera, pero se compensó con más inscripciones en los centros abiertos en diferentes localidades.
“La universidad sigue viva”
-Termina un año agitado para las universidades públicas en general, ¿Qué balance hace desde la Unicen?
-Es difícil establecer un único balance porque la universidad ha seguido trabajando, ha seguido cumpliendo su función de docencia. Mantenemos nuestra matrícula, las carreras están funcionando, hemos logrado tener un número muy alto de graduados a lo largo del año. En investigación se siguen premiando logros de la universidad, se sigue trabajando en extensión, y hay un esfuerzo muy grande de toda la comunidad a pesar de una situación donde los salarios son muy bajos, donde la financiación en ciencia y técnica se cayó, donde no se han ejecutado proyectos, y lo poco que se ejecutó eran remanentes del 2024. Para los proyectos que se conocen como PICT, acaban de cortar los que correspondían al año 2022, en mitad de su ejecución, y a los del 2023 que estaban evaluados y asignados, los dieron de baja.
Pero hoy la universidad no tiene deudas, está cumpliendo con todas sus obligaciones, está pagando los salarios perfectamente en fecha, malos, devaluados, pero los estamos pudiendo cumplir. No hemos tocado ni siquiera a los contratos, o sea, sin ser un año para festejar, nuestra misión la hemos podido llevar adelante. Y esto ha requerido toda una estructuración interna.
Sobre todo porque estamos absolutamente convencidos que cualquier actividad de las que desarrolla la universidad, si se detiene, después son 8 o 10 años para volver a ponerla en funcionamiento. Ahí creo que el balance termina siendo positivo. Y hay mucho para agradecer a toda una comunidad que pese a las dificultades, sigue trabajando y logra los resultados que estamos teniendo.
-Pero la situación presupuestaria de las universidades nacionales no es la mejor…
-En paralelo, esto ocurre en una situación del sistema universitario y el sistema científico argentino que es muy contradictoria con ese esfuerzo. Porque estamos perdiendo presupuesto, y venimos a la baja.
En Extensión no hemos recibido fondos y lo que es presupuesto universitario no aparece ningún tipo de actualización que nos permita recuperar lo perdido, alrededor de un 40 por ciento estimado por el propio gobierno. Entonces, hay como un contrasentido, la universidad sigue viva, su comunidad está dispuesta a seguir luchando por la universidad, pero al mismo tiempo van ocurriendo cosas.
-La Ley de Financiamiento Universitario se aprobó pero no se implementó…
-Se logró sacar esa Ley con más de dos tercios de las cámaras. Muy pocas leyes salen con esa mayoría agravada. Se sancionó, pero en el mismo decreto se establece que no la va a cumplir porque no se deja en claro de dónde saldrían los fondos, lo cual nos llevó a hacer una presentación judicial. Porque es una ley de la Nación.
-Y en el proyecto de Presupuesto se prevé derogarla, ¿Es así?
- En la presentación de del proyecto de presupuesto que salió con despacho de la Comisión de Presupuesto hay un artículo, que es el artículo 75 que directamente deroga la Ley de Financiamiento Universitario y la Ley de Pediatría.
Es una cuestión muy extraña, porque estamos planteando cómo va a ser el presupuesto del año que viene y en el mismo estamos derogando leyes que deberían estar siendo tenidas en cuenta en la confección de ese presupuesto. Y mientras tanto presentamos una cautelar, un amparo, porque el decreto reglamentario se convierte en un decreto que prácticamente termina aboliendo una ley y ahora se pretende consolidar eso.
-Sin embargo existe un discurso en la opinión pública que marca que finalmente las universidades públicas no cerraron y que siguen funcionando…
-Sí, es cierto. Más allá de que no son comparables, uno podría hacer el paralelismo con una familia. Si quien es fuente de ingresos le reducen sus ingresos, probablemente van a empezar a disminuir su ritmo de gasto. Y nosotros estamos en una etapa que implica eso, disminuir nuestro ritmo de gasto.
No desaparecemos, pero cada vez vamos perdiendo más presencia en la sociedad, potencia en la generación de reconocimientos. Y recursos, porque algunos se van y nos es difícil incorporar nuevos porque los salarios están muy caídos. Es cierto, no hemos desaparecido, pero nuestro mayor esfuerzo está en tratar de sostener la calidad, en tratar de sostener lo que la universidad es, que hizo que millones de personas salieran a la calle a defenderla. Y es cierto, no hemos desaparecido, pero cada vez se nos hace más difícil ser la universidad que el país precisa.
Pero el origen de eso no está dentro de la universidad, sino en el ahogo, que significa no recomponer el presupuesto. Y nuestra enorme preocupación es cómo tratar de seguir teniendo la misma calidad porque si no, de alguna forma va a ser la crónica de una muerte anunciada.
La universidad se adapta
-Hay una degradación del valor mismo de la educación universitaria, con ofertas de formación rápida y promesas de salida laboral ¿Forma parte de un desafío cultural para la universidad?
-Hay una parte de so. Nosotros si bien ofrecemos las formaciones básicas, la universidad se ha adaptado. Por ejemplo en Informática. Pero hoy en día, con el avance de la inteligencia artificial y las nuevas modalidades, empieza a aparecer que otra vez son requeridos aquellos que tienen una formación universitaria.
Tratamos de adaptarnos con la generación de ofertas cortas, cubrir esas necesidades de formación que requieren una salida laboral rápida, pero la universidad también tiene ese rol de formar a quienes son los profesionales, a quienes tienen que generar conocimiento, a quienes tienen que gestionar. Cuando uno mira un Municipio, o las empresas, los funcionarios o los gestores han pasado por la universidad. Tenemos que tratar de hacer un balance.
-Algo había mencionado antes de comenzar a grabar, acerca de cambios al respecto.
-Vamos a dar por aprobado un cambio que se está dando en todo el sistema universitario, que es sobre la forma de mirar el tiempo que el estudiante le dedica a los estudios.
En general, todo nuestro sistema nacional estaba orientado a las horas que el alumno pasa en el aula o actividades académicas. Está claro que eso no cubre todo el tiempo que el estudiante le dedica, porque puede que tenga que ir a la biblioteca, hacer búsquedas, redactar informes. Todo ese tiempo no está contabilizado, y con este nuevo modelo se define con créditos educativos. Es el modelo que ha seguido el mundo.
Apunta a plantear cuánto es el tiempo real que un estudiante tiene que dedicarle a su carrera.
-¿Esto va a ser para todas las carreras?
-Comienza a regir el año que viene para las nuevas y para el 2027 va a haber que ir adaptándose. En un par de años, todas las carreras deberían estar reconvertidas a este nuevo modelo que debería ser más realista.
-Más allá de cuestiones específicas del Presupuesto ¿Qué obras se prevén o proyectan para el 2026? Hay algunas que ya están en marcha…
-Está paralizada la obra pública y eso es una cuestión que afecta al país. Hemos logrado y vamos a inaugurar el año que viene dos aulas con galería en la Facultad de Ciencias de la Salud en Olavarría. Las iniciamos con recursos propios, tratando de ir adelantando fondos y viendo si podíamos ir recuperando. Es solo una etapa de una obra muy grande.
Tenemos ya prácticamente terminado un gimnasio también en Olavarría, que era la única sede sin ese espacio, y era una necesidad muy fuerte porque hay una población muy grande.
Y en lo inmediato hemos tenido negociaciones con Provincia por el frente del Rectorado. Pero Provincia también tiene sus dificultades. Esas serían las tres obras que tenemos con mayor fluidez. Pero después hay muchas obras pequeñas, que no son tan pequeñas. Cambio de techos, de aberturas, pisos, que hoy en día cualquiera de esas suma millones.
Y hay una obra que no es nuestra, que viene a través del Conicet, y hay posibilidades de que se reactive. Una obra que está en el Campus, de un laboratorio de investigación.
Redactor El Eco de Tandil