La Mesa Intersindical de Tandil, convocó este jueves una movilización en repudio a la reforma laboral, que comienza a tratarse en los recintos del Congreso y que trae modificaciones que no son bienvenidas por los trabajadores.

En la sede del ex Ministerio de Trabajo, ubicada en 9 de Julio 860, se dio lectura a un documento conjunto, destacando la importancia de mantenerse firmes en la defensa de los derechos laborales y sociales, para luego entonar el Himno Nacional Argentino, a viva voz y con "toda la bronca".

Estuvieron presentes Verónica Gargiulo y Marcelo Stipcich, de ADUNCe; Estela Sinópóli, secretaria general de Suteba; José Larraburu, secretario general del SEC; Hernán Gasparini, secretario general de ATE; entre otros referentes del sindicalismo tandilense, que formaron parte de la numerosa convocatoria.

Los mencionados oradores acusaron al presidente de haber “demostrado su desprecio por la clase trabajadora, por los jubilados y las jubiladas, por nuestros estudiantes”, el cual se manifiesta en un "discurso grosero y acompañado de agravios", estigmatizando a las organizaciones sociales y sindicales.

Afirmaron que las acciones del gobierno libertario "obedecen a una crueldad sin límites cuyo objetivo es desfinanciar, achicar, estigmatizar, eliminar el rol del Estado en áreas centrales para la garantía de derechos en la salud, la niñez, la vejez y la educación". Como prueba de esta intención, se mencionaron los despidos masivos de 56.000 trabajadores y trabajadoras del Estado, con más despidos esperados, que sumados a las personas dependientes de esos salarios, equivalen a alrededor de 180.000 personas. También se lamentó el cierre de oficinas clave como la Agencia de Discapacidad y la Secretaría Nacional de Niñez y Desarrollo Social.

En el plano económico, las organizaciones sindicales alertaron sobre el "industricidio que se está llevando adelante en nuestra Argentina". Las cifras presentadas indican que 20.000 Pymes han cerrado, resultando en la pérdida de 276.000 puestos formales de empleo. Las causas de esta "catástrofe" incluyen la apertura de importaciones, la caída abrupta de la actividad económica y la falta de consumo.

Los dirigentes sindicales aseguraron que este atentado a la industria y al empleo no es un error de cálculo, sino "el objetivo de quienes financian a Javier Milei" y la "receta impuesta por el FMI".

Asimismo, sostuvieron que en este contexto de crisis, el gobierno impulsa una reforma laboral "regresiva, intentando retrotraer las leyes de trabajo a casi 1930". Según los oradores, esta reforma "no tiene ni un solo artículo a favor de los y las trabajadoras", promoviendo indemnizaciones más bajas, ampliación de las jornadas laborales por el mismo salario y restricciones en derechos colectivos como la huelga o la asamblea.

Además, se dedicó un párrafo a desmentir la noción de la "industria del juicio laboral", calificándola como "un eslogan impuesto por Mauricio Macri y heredado por Milei". Las cifras expuestas demuestran que, de 9 millones de trabajadores registrados, solo el 1,4% (126.000 trabajadores) iniciaron juicios en los últimos 12 meses. Enfatizaron: "Compañeros, la industria del juicio laboral no existe".

El documento concluyó con un llamado a la unidad y la resistencia, advirtiendo a los legisladores que voten a favor del proyecto de reforma.

"No claudicaremos en la búsqueda y defensa de la felicidad de nuestras familias a través del trabajo digno". Finalmente, hicieron un llamado a la base: "Trabajadores, trabajadoras, únanse, sean hoy más hermanos que nunca". Afirmaron que "sobre la hermandad de los que trabajan, ha de levantarse en esta hermosa patria, la unidad de todos los y las argentinas".

Los convocantes reafirmaron su convicción de que "el lugar donde hay que estar es en la calle", enfrentando colectivamente el escenario "triste y hostil al que nos empuja este gobierno día tras día".

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